martes, 3 de diciembre de 2013


DOS MANDAMIENTO, TRES COSAS QUE DEBERÍA HABER SABIDO AL MONTAR MI IMPRESORA 3D

 

 

Cuando te pones a construir una impresora 3d o una mosca de pesca, por ejemplo,  tienes a tu favor el entusiasmo del trabajo vocacional y voluntario, pero a veces pequeños detalles logran que lo que abordas con entusiasmo  se enrede en problemas farragosos que te lleven al fracaso del proyecto o al menos a un sobre trabajo  extra.

 El otro día asistí a una conferencia donde el ponente decía que el fracaso es el combustible del éxito, si bien en general estoy bastante de acuerdo con esto, creo que hay que matizarlo un poco y no generar sobre todo fallos evitables  o desastres innecesarios que puedan dar al traste con un proyecto.

Lo primero que debería haber sabido es que escarmentar en cabeza ajena es mucho más económico y menos doloroso que hacerlo en la propia. Puede ser que estés inventando la pólvora y nadie haya hecho nada en ese campo, pero eso sería excepcional, lo normal es que tu proyecto tenga antecedentes o en la mayoría de los casos pioneros que ya habrán recorrido esos caminos y que ya habrán sufrido los problemas y fracasos a los que tú te puedes enfrentar Este debería ser el primer mandamiento, que los fracasos de otros sean también combustible de tus éxitos. Y de él se derivan todos los siguientes.

1-      La planificación lo es todo, excesos de gasto, cambios de componentes, o resultados negativos suelen derivar más de una falta de programación y organización previa que de si las ideas en las que se basan son o no acertadas. En mi primer intento de construir una impresora  por querer pasar de la idea a la acción, creer que la idea que habías tenido era revolucionaria y había que ponerla en marcha sin más preparativos ni estudios, acabo concluyendo en compra de material caro, repetición de piezas para ajustar las  medidas y por fin fallos que hacían más viable empezar de nuevo que continuar con el proyecto.  Solo con haber introducido planificación entre la idea y la acción el resultado probablemente no habría cambiado pero los errores o se habrían evitado o probablemente los fundamentales hubieran descartado el proyecto antes de haber hecho toda la inversión.

2-      La comprobación y seguimiento de los pasos, siempre te queda  la posibilidad de obviar pasos que consideres obvios o que no te parezcan  más una pérdida de tiempo un proceso que tú tienes que hacer, porque como vas a cometer  tu un error en estos pasos. Esto ha supuesto en la fabricación de mi Prusa I3, cambio de todas las soldaduras del cableado de los motores paso a paso, desmontar todo el extrusor para comprobar la velocidad de extrusión, que parecía ajustable a ojo, para calibrar  el finware, etc., cada salto al vacío sin comprobar pasos que había visto en tutoriales previos a vendo a confirmar que la Ley de Murphy está más directamente relacionada con la chapucería que con las probabilidades.

3-      La colaboración resulta ele elemento fundamental de un proyecto. Ni podemos saber de todo, aunque sea muy loable ir aprendiendo en estos procesos cosas. Ni lo que es más importante podemos en muchos casos ser capaces de encontrar solos algunos de nuestros fallos porque siempre se nos harán invisibles a nuestros ojos las evidencias de problemas que nos parecen imposibles. Una conexión con la polaridad invertida que estropea una placa, un cable sin conexión que nos tiene horas o días pensando en problemas más graves o no contar con la experiencia de la gente con más práctica que puede darte un consejo de acabados, solución de defectos etc.

 

Por ultimo una reflexión este tipo de actividades son como el karma estas siempre recibiendo pero también dependes de los que das. Si solo se tratase de fabricar impresoras o similares montarías tu empresa para hacerlo sin más o la comprarías si lo que buscas es tener el objeto. En esto se trata de hacerlo por ti mismo, conocer el proceso, compartir en comunidad pertenecer a ese colectivo que intenta que no sea patrimonio de unos pocos la investigación y el desarrollo de conocimiento que entre todos podemos avanzar y colaborar por esos el segundo mandamiento debería ser entregues tus éxitos y fracasos para que puedan ser combustible de los demás